Los Colegios de Huérfanos de la Guardia Civil durante la etapa de 1936 a 1939

Serían aproximadamente las doce de la noche de los primeros días de noviembre de 1936, cuando las voces de los celadores despertaron a los huérfanos que dormían plácidamente en el Colegio Infanta María Teresa, anunciando un inminente ataque de la aviación. No extrañó a nadie porque tal situación venía repitiéndose con frecuencia, bajando los alumnos a la menor señal de alarma a los túneles.

Se solían escuchar explosiones cercanas, algunas descargas de fusilería, el repiqueteo de una ametralladora, luego el silencio de nuevo y pasado un tiempo prudencial a la cama que todavía estaba calentita. Esta vez bajaron como de costumbre a los sótanos y allí estuvieron toda la noche, en duermevela la mayoría de los huérfanos.

Pero nadie había escuchado ni el vuelo rasante de los aviones, ni bombardeo alguno, ni tan siquiera algunos tiros aislados de fusil o pistola. A la mañana siguiente, cuando salieron del sótano envueltos en sus mantas, vieron a unos cuantos camiones de la marca Hispano-Suiza aparcados frente a la puerta principal del Colegio.

Habían traído durante la noche a las alumnas del Colegio Marques de Vallejo y a las dos secciones, la de jóvenes y la de Huérfanos, del Colegio de Guardias Jóvenes. No el total de los alumnos porque muchos de ellos se habían quedado en sus casas una vez finalizadas las vacaciones de verano dadas las circunstancias por las que atravesaba el país y la dificultad de realizar largos recorridos, A las chicas por las prisas las acomodaron en las camas de los que bajaron al sótano, cambiándoles las sabanas, Hubo que reorganizar los dormitorios, reacomodando a los de Infanta con parte de los de Valdemoro en el ala derecha de la planta baja que estaba vacía.

El resto en la segunda planta. Las chicas siguieron donde habían dormido la primera noche.

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Varios días después de la ocupación, se organizó una caravana de autocares que transportaban a los alumnos de los Colegios, con la intención de dirigirse a la provincia de Ciudad Real, a un Balneario llamado “La Fuensanta”, sito en Pozuelo de Calatrava, donde se instalaría la nueva ubicación del Colegio de Huérfanos de la Guardia Civil.

Una vez terminada la Guerra, en el curso 1941/1942, se les encomendó a los hermanos Maristas la dirección de la enseñanza en el Colegio Infanta María Teresa.

El Colegio de Guardias Jóvenes y Marques de Vallejo, abrieron de nuevo, siendo gestionado por las Hermanas de la Caridad de San Vicente Paul, como habían hecho desde su fundación.

En 1946 cesaron los Hermanos Maristas, quedando como Director del Infanta el Comandante de la Guardia Civil, Don Sebastián Sáez de Santamaría y Marrón.

Debido a los movimientos de las fuerzas en la guerra, por la provincia de Córdoba, los alumnos fueron evacuados hacia un lugar de mayor seguridad, siendo trasladados hacia Alicante, al Palacio de la Torreta, Aguas de Busot.

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Para que pudieran estudiar mejor bachillerato, se hizo una selección y se traslado a una localidad cercana a Murcia, Espinardo, no estando mucho tiempo aquí, debido a la entrada de las fuerzas nacionales a Murcia, acabándose la guerra civil, no completando el curso iniciado.

Don Mariano Álvarez Sánchez de Valladolid, ofreció a colegiar hasta 400 huérfanos en su centro particular denominado La Providencia, aceptado por la Asociación Pro-Huérfanos de la Guardia Civil, desde 1940 a 1944.

Al finalizar el curso 1942-1943, el dueño del colegio, se lo vendió a los Hermanos Maristas, y comenzó el siguiente curso con el nombre de Colegio de la Inmaculada.
Alumnos procedentes de la Providencia, fueron alojados en otro edificio, situado enfrente, denominado San Luis.

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Los huérfanos que no estudiaban bachillerato, fueron trasladados al Colegio Infanta María Teresa, menos unos pocos, que siguieron en la Inmaculada, hasta que finalizaron el curso 1945-1946.

Unos veinte huérfanos, de los que estudiaban bachillerato, fueron trasladados al Colegio El Salvador (Valladolid).
Estuvieron aquí los cursos 1944—1946.
Ya en el curso 1946-1947, todos los huérfanos del Colegio El Salvador, fueron trasladados al de Infanta María Teresa.

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A principios de 1948, la Asociación Pro-Huérfanos, contacto con varias congregaciones, proponiendo la apertura de un colegio para los huérfanos, aceptando la misma el Padre Vicario de los Dominicos en la localidad de Ocaña (Toledo), en el Colegio de Santo Domingo de Guzmán, pudiendo llegar a alojar hasta 200 huérfanos, llegando funcionar hasta 1954. Una vez se clausuró, unos se fueron al Colegio Infanta María Teresa, y los que ya tenían la edad al Colegio de Guardias Jóvenes.

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Al no existir plazas suficientes en el Colegio Infanta María Teresa, 50 niños de edades comprendidas entre 6 y 10 años, ingresaron en el Colegio San Luis de Gonzaga en Zafra (Badajoz).

En el número 23 de la calle Sevilla, donde estuvo el Colegio, hay una placa con el texto:

Colegio San Luis Gonzaga
Con los recuerdos de niños y el
Agradecimiento de hombres.
Los huérfanos de la Guardia Civil,
Antiguos alumnos de este Colegio,
Al distinguido pueblo de Zafra
1948

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Al comenzar el curso 1943-1944, ingresaron en el Colegio de San José de Getafe (Madrid) como pensionistas unas cien huérfanas del Cuerpo, permaneciendo hasta el año 1975.

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En el Colegio femenino de San José en Deusto (Bilbao), regentado por la Congregación de las Religiosas de la Sagrada Familia de Burdeos (Ursulinas), estuvieron veintisiete huérfanas de la Guardia Civil

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En el Colegio de Nuestra Señora del Carmen, Cabos de Pravia (Asturias), estuvieron unas cuarenta alumnas huérfanas de la Guardia Civil, desde 1949 hasta 1985, aunque en 1971 solo se contabilizaban 11 huérfanas.

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En el Colegio La Inmaculada Concepción, Ayllón (Segovia), regentado por monjas de la congregación Concepcionistas Franciscanas de la Inmaculada Concepción, estuvieron huérfanas de la Guardia Civil, desde 1948 hasta 1974.

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El Colegio La Fuencisla (Segovia), regentado por hermanos Maristas, estuvo compuesto por unos veinticuatro huérfanos provenientes de la Providencia, permanecieron allí desde 1943 hasta 1944, en que los Hermanos se trasladaron a otro lugar.
El hermano y director del mismo, era hijo del Cuerpo, teniendo un trato especial para los huérfanos del Cuerpo. Su hermano era Sargento del Cuerpo.

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En el año 1940, aunque las alumnas del Colegio Marqués de Vallejo, ya habían vuelto al mismo, aquellas que estaba estudiando bachillerato, les ofrecieron la posibilidad de estudiar en el Colegio de La Divina Pastora (Madrid), regentado por monjas Terciarias Franciscanas.

Unas doscientas huérfanas pasaron por el centro desde 1945 hasta 1975.

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El Colegio María Auxiliadora (Bilbao), en el año 1938 acogió de forma escalonada a un número indeterminado de huérfanos varones. En 1950 había 27 huérfanas del Cuerpo.

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El Colegio Corazón de María (Zamora), regentado por los Padres Misiones del Corazón de María, también tuvo huérfanos del Cuerpo, que estuvieron solamente el curso 1943-1944.

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