Es la historia la madre de la verdad, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo porvenir.
Miguel de Cervantes
La idea de la creación de la Guardia Civil nació como consecuencia del caos que padecía España ocasionado por los bandoleros y salteadores de caminos. El futuro Cuerpo tenía como finalidad la difícil tarea de restablecer el orden público debilitado en toda España.
Derribado el poder del regente, General Espartero, por una coalición de progresistas y moderados, acabaron éstos por hacerse dueños del poder, disponiéndose a restaurar con enérgicas medidas el orden profundamente perturbado en toda España, después de once años de porfiada lucha. Porque no terminó la guerra con el abrazo de Vergara, siguió en Cataluña. Volvió a resurgir la alteración del orden, al regresar del exilio la Reina Madre, Doña María Cristina.
El Gobierno estaba empeñado en que la tranquilidad en los pueblos y caminos de España, estuviese garantizada, por lo que exigía de las autoridades que devolviesen la paz y la seguridad a los pueblos donde ejercían su jurisdicción, imponiendo a los Alcaldes fuertes multas en cuyo término se cometían robos. Una tremenda injusticia teniendo en cuenta que carecían de medios para evitarlo.
Un suceso durísimo, vino a avivar la impaciencia para la pronta creación de un Cuerpo con la misión de prestar auxilio en las catástrofes y calamidades.
“Era el Domingo de Ramos, y se celebraba en Felanítx, importante villa en la isla de Mallorca, la tradicional procesión de dicho día. Apenas había salido de la iglesia cuando al pasar por delante de un antiguo murallón, frente a la puerta de Santa Rosa y desde el cual contemplaban el acto gran número de personas, se derrumbó la muralla sobre la procesión; murieron, 414 fieles que asistían al acto y 193 resultaron heridos, de los cuales, muchos de ellos murieron“.
El auxilio que recibieron fue mínimo, por la carencia de medios materiales y humanos.
El 20 de marzo de 1844, siendo Presidente de Gobierno, Don Luís González Bravo, acordó la creación del Cuerpo de la Guardia Civil, que no tardó en hacerse realidad.
El 28 de marzo del mismo año, Isabel II, firmó el Real Decreto, ordenando la creación del Cuerpo de la Guardia Civil.
Se necesitaba, una fuerza de policía social que no reconociese límites de lugar ni de tiempo; además con la creación del nuevo Cuerpo, se evitaría la intervención del ejército en actos populares.
La organización de la Guardia Civil, debía ser muy distinta de la contextura propia de los cuerpos de ejército; debía partirse de la base de su diseminación en muchas y cortas fracciones y de ahí su distribución en tercios, escuadrones y compañías, mitades y escuadras.
El nuevo Cuerpo no debía encargarse de reprimir motines, frecuentes en aquella revuelta época, sino de vigilar los campos y carreteras, velar por la seguridad de las personas y las propiedades, perseguir los robos y atentados personales. Para ello el Gobierno nombró al Duque de Ahumada, Inspector General.
Los servicios confiados a la Guardia Civil son múltiples y todos ellos, honrosos, delicados e importantes.
Deben vigilar las carreteras, con sujeción a los preceptos consignados en los reglamentos; proteger a las personas y propiedades; contribuir a sofocar los incendios y velar en todas partes por la seguridad individual; auxiliar a las gentes en las inundaciones, terremotos, huracanes y tempestades; velar por la conservación de los montes y arbolado, así del Estado como particulares, y de igual manera el de toda propiedad privada: olivares, viñedos, huertas y frutales; cuidar de que no se practiquen obras que puedan alterar los cauces de los ríos sin tener la oportuna autorización; igualmente vigilará que se causen daños a las presas, cauces de los molinos y fábricas; vigilar las vías férreas y telegráficas; exigir, cuando el caso lo requiera, los documentos de seguridad en caminos y despoblados; vigilar el uso de armas; cuidar del cumplimiento de los Reglamentos de caza y pesca; aprehender a los delincuentes; perseguir los juegos prohibidos y el contrabando; proceder a la conducción de presos y prestar las funciones que le incumbe en el servicio de campaña y en casos de alteración del orden.
El reglamento de la Guardia Civil, es un modelo de sabiduría y al mismo tiempo de previsora minuciosidad, sobre la base de la más estricta justicia y el mayor beneficio de las personas honradas.
Para no extenderme en lo que podía ser un libro, sirvan éstas líneas para dar a conocer, como nació la Guardia Civil y el motivo
que pretendían sus fundadores lo cual se ha llevado a cabo desde su creación hasta nuestros días.
PROTEGER A LAS PERSONAS Y PROPIEDADES.
“Yo no temo a los ladrones / Si civiles me acompañan, / ¡Viva la Guardia Civil / porque es la gloria de España!”